jueves, 27 de noviembre de 2008

Ensayo Profesión Docente

Universidad de Concepción
Principios de Educación II
Carolina Muñoz Balladares
Pedagogía en Ingles
Sección 2



Emoción y Razón

Profesor : Daniel NeiraFecha : 24/11/2008









Introducción


Nuestro cuerpo es un ente físico que conduce y manifiesta emociones, sentimientos y razonamientos. Organismos que desde el interior generan sensaciones que muchas veces asociamos sólo a la mente y al corazón, y que la mayoría de las veces no son más que una combinación de elementos químicos y reacciones que en cadena generan nuestros sistemas corporales internos.
Es fundamental que dentro del plan de educación se presente la razón y la emoción como dos aspectos entrelazados que deben llevarse a la práctica para optimizar los procesos de aprendizaje. Viendo las falencias que la educación tiene con la ausencia, en la mayoría de los casos, de estos dos factores se han decidido analizarlos, ver su indispensabilidad e investigar lo que su aplicabilidad significa.
Por tal motivo a continuación plantearé, por lo menos, tres argumentos que justifiquen su presencia primordial en los planes educativos.
Estos elementos de defensa tratan temas complejos que muchas veces cuesta llevar a la práctica, de hecho es por eso que no se ha implantado, sin embargo, no es imposible. Cuando buscamos marcar la diferencia en cuanto a la calidad de educación que se ha llevado hasta el momento, cualquier esfuerzo es válido.



Desarrollo

“Las emociones y los sentimientos pueden ni siquiera ser intrusos en el baluarte de la razón”.A.Damasio

Ante todo analizaré lo que significa razón y emoción. El término razón puede definirse como la ‘facultad en virtud de la cual el ser humano puede explicar’. En aspectos educativos, cuando se habla de razón, me refiero específicamente al proceso en el que el alumno logra captar los conocimientos que se le están transmitiendo, con la capacidad de entenderlos y saber aplicarlos posteriormente en distintos ámbitos de acuerdo a su especialización o preferencia, si quiere llamarse así. Por otro lado, podría definir la palabra emoción como ‘fenómenos psicofisiológicos que representan modos eficaces de adaptación a ciertos cambios de las demandas ambientales’. Y hablando en términos de proceso de aprendizaje, diré que la emoción es la facultad de sentirse atraído por lo que se está trabajando, o en caso desfavorable, sentir rechazo a esto.

Estos dos aspectos deberían presentarse unidamente pues se dice y se ha comprobado que un proceso de asimilación de conocimientos que a su vez lleguen a ser eficaz y útil se completa óptimamente cuando el alumno es capaz de involucrarse con lo que está aprendiendo. Este involucrarse quiere decir que se interesa, se esfuerza, y que al ver las metas que se pueden lograr en base al estudio, se motiva.

¿Por qué podemos estar seguros de que la ‘razón y la emoción’ deben ser parte de la educación? Es cosa de echar un vistazo a nuestro alrededor para encontrar los fundamentos que respalden este postulado.

La Biblia en 2 Tim 3:1-3 dice: “Mas sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar. Porque los hombres serán […] sin cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo. A simple vista quizás esto no tenga nada que ver con la educación, pero pensar así es equivocado. Cuando se habla de ‘cariño natural’ ciertamente se está hablando de emociones y sentimientos y se menciona junto al ‘no dispuestos a ningún acuerdo’ es decir, no razonar. Por lo tanto, incluso dentro de un punto de vista Bíblico la razón y la emoción van de la mano. Ahora, podríamos analizar el contexto y la negativa con que se expresa la idea. Se dice ‘sin’ cariño natural; claramente esto se ve como un espíritu general de la humanidad y en diferentes ámbitos: padres han sido capaces de asesinar a sus pequeños hijos a golpes, los hijos ya no tienen ese respeto natural por sus progenitores y cada vez es más común que se sienta odio por los familiares más cercanos. Pero por qué ignorar el ámbito educacional, donde día a día la educación se vuelve más sistemática y se olvida, muchas veces, la relación que el profesor debe tener con el alumno. Las clases se han vuelto cada vez mas impersonalizadas, estamos en presencia de una educación ‘sin cariño natural’ y esto a causa de que el mundo entero esta bajo este ‘mecanismo’.

Este sistema ha llevado a que ‘no estén dispuestos a ningún acuerdo’. El que los docentes no presenten técnicas de integración emocional claramente ha llevado a ‘tiempos críticos, difíciles de manejar’, y esto afecta tanto dentro del aula como fuera de ella, pues los alumnos, siguen viviendo después de terminar sus clases. Tienen relaciones sociales decadentes tanto con sus padres como con sus amigos, debido a que donde se va a ‘aprender’ y ‘formar’ en realidad se están ‘deformando’.

Por lo tanto, analizar que, en gran medida, la situación crítica de nuestra sociedad es debido a que se ha dejado de lado el evidente y necesario hecho de que la razón y la emoción son parte de un buen desarrollo educacional, nos asegura, en primera instancia, que desde ahora hay que hacer los cambios necesarios para que se instalen dentro de esta arraigándose para siempre allí.

Analizando desde otra perspectiva, hay otro hecho que justifica la presencia necesaria de la razón y la emoción en la educación, y esto es ‘los resultados obtenidos en términos matemáticos’. ¿Cómo es esto? Bueno, es fácil darse cuenta de que los alumnos que tienen problemas en sus casa o que en caso extremo viven en hogares para niños alejados de sus padres, sin su cariño directo, emocionalmente no se encuentran bien dificultando este hecho el buen rendimiento en pruebas, convivencia entre pares y profesores que tiene el alumno y que enfrenta cada día. Las neurociencias sugieren que el razonamiento guiado por la emoción facilita el proceso de toma de decisiones (según investigaciones de los últimos años, el área orbito frontal —íntimamente relacionada con las estructuras emocionales— es crítica para el proceso de tomar decisiones) , por lo tanto, tomando en cuenta el pensamiento de Iván Matellanes Fresnadillo “El papel de las emociones es de suma importancia, pues nos ayudan a tomar decisiones tanto espontáneas (correr cuando se tiene miedo) como meditadas (elegir entre dos objetos iguales por cuestiones emotivas).Por mas que un docente prepare una clase motivadora, no tendrá el mismo efecto para el alumno que enfrenta alguna pérdida o problema con su entorno. Por lo tanto cuerpo, emoción y razón, generan un proceso de retroalimentación continuo, donde se manifiestan las incidencias de uno sobre otro. Un cuerpo descansado por ejemplo, colabora con un determinado estado emocional y con una determinada predisposición al aprendizaje de un determinado tema. A su vez, y como ciclo inverso un determinado estímulo emocional puede determinar ciertos cambios orgánicos que mejoren o perjudiquen al individuo al momento del aprendizaje ya que determina la asimilación de la nueva información, hasta llegar a comprenderla, adaptándola para acomodarla en su interior. Este proceso es personal y subjetivo.

Otro factor también importante y que merece ser analizado es el ambiente físico adecuado que permita que razón y emoción actúen a la par de manera correcta: no es grato para desarrollar las clase, la reacción biológica de los alumnos, entonces, generará emociones que pueden influir negativamente en el desarrollo del aprendizaje en ese momento.
Por ejemplo, si un curso se encuentra en un aula que no tiene calefacción o que el calor se concentra excesivamente, si la luz no es adecuada y la sala de clases está capacitada para 25 alumnos y deben ingresar 40, o las sillas del laboratorio de computación son incómodas, no sería ningún acto de desacato ver a alumnos que reaccionando con frustración -porque no logran concentrarse- hagan su retiro de la sala de clases para dirigirse a un ambiente que los vuelva a la calma; o que otros se pongan de pie constantemente porque aquellas sillas, generan una reacción corporal negativa que no los beneficia en la concentración para el desarrollo de tal o cual trabajo.
Es aquí donde el docente deberá actuar como líder, siendo previsor y activo en conducir estos estados emocionales donde él indudablemente también se verá afectado, pero que debe equilibrar en su interior, para que sus alumnos perciban, ahora en él, un modelo de conducta que puede ser comprendido e imitado.

Los centros educacionales deberían darle un especial énfasis a estos espacios donde se desarrolla la educación: deben ambientarlos y adaptar los horarios para hacer de los salones de clases, entornos donde percepción, atención, motivación y memoria, asociados siempre a la emoción como estado genérico, sean elementos que puedan aplicarse favorablemente en el proceso de aprendizaje en aula.



Conclusión

Al concluir el trabajo, corroboré mi tesis, ya que pude darme cuenta de que razón y emoción interfieren como un solo ente en la educación y no pueden ser disociadas, pero a la vez se debe estar consciente de que no todas las reacciones emocionales tienen que ver con el aprendizaje, porque los alumnos una vez que dejan las salas de clases tienen otro mundo,y este produce efectos que los alumnos traen a la clase y que también influyen en la educación.
El docente, debe tener la predisposición a la observación, percepción y aceptación de los procesos biológicos como naturales, y no declararlos como elementos persecutorios a su asignatura, a sí mismo, o como declaración de incompetencia del alumno. Sino como un elemento de alerta para revisar sus metodologías de enseñanza, sus estrategias comunicacionales, conductas, etc.
Es difícil determinar hasta donde un docente desde su rol puede interferir, las reacciones del mundo interior del alumno. Esta es una postura que nace del docente, más allá de sus responsabilidades, que puede dejar o tomar de acuerdo a su vinculación más que como educador, como un ser humano generoso en la entrega de sus valores y actitudes.
Las emociones son estados tan impulsivos, cortos pero tan distintivos, que canalizados pueden generar creaciones con un contenido profundo. La percepción de la emoción, si se puede generar. Es un proceso que debe nacer hacia un propósito personal, social y educativo: la convivencia entre seres humanos. Esto genera atención, disposición y esto a su vez motiva. El alumno se siente comprendido y apoyado en un entorno que valora su individualidad, que le motiva al aprendizaje y al desafío, que no deja de sorprenderlo y en reacción a aquello, éste a si mismo, se inyecta pasión por su carrera.


Bibliografía:
Diccionario Larousse Ilustrado
www.blogger.com

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